La LOMCE

La LOMCE o Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (también denominada “Ley Wert”), es una propuesta para la reforma de la LOE (Ley Orgánica de Educación establecida en 2006.

“El principal objetivo de la LOMCE es mejorar el nivel del sistema español, partiendo de la premisa de que la calidad educativa debe medirse en función de los resultados de los estudiantes y no de los niveles de inversión, número de profesores, número de centros, etc.”.

Algunas de las características de la LOMCE:

·    Habrá un examen al final de cada ciclo educativo.

Al final de Primaria, ESO y Bachillerato los alumnos tendrán que examinarse de una prueba para la evaluación de sus conocimientos realizada por profesores externos a cada colegio y esta será común en todas las comunidades autónomas.

La prueba que se realice al final de Primaria será orientativa, es decir, no tendrá ninguna implicación académica. Mientras que las pruebas que se hagan al finalizar la ESO y Bachillerato sí la tendrán.

·    En 3º de ESO los alumnos tendrán que elegir entre dos itinerarios diferentes.

Un itinerario conduce hasta la Formación Profesional y el otro al Bachillerato. De esta manera, se adelanta un curso el momento de tomar esa decisión que hasta ahora la LOE situaba en 4º de ESO.

·   Los alumnos que repitan 2º de ESO dos veces podrán acceder a una FP “básica”.

Esta Formación Profesional básica sustituye a lo que hasta ahora han sido los PCPI, en ella los alumnos aprenderán las bases de un oficio validado con certificado del Ministerio de Trabajo. Los aprobados podrán acceder al FP de grado medio e incluso presentarse a la prueba final de ESO para obtener el título.

·  El gobierno central se reserva el establecimiento del currículum de las “asignaturas troncales” y de las “asignaturas de especialización de carácter opcional”.

Esto es la solución para acabar con las diferencias entre comunidades. Los contenidos de las asignaturas de especialización serán elaborados por las comunidades autónomas aunque los objetivos y los criterios de evaluación serán fijados por el ministerio.

·    La asignatura de Religión vuelve a tener plena validez académica.

Por tanto, contabilizará para pedir una beca ya que contara en el expediente académico.

·    Desaparece la asignatura “Educación para la ciudadanía”.

Y se establece una materia que se llamará “Valores Culturales y Sociales” en primaria y “Valores Éticos” en secundaria. Esta asignatura será una fuerte alternativa a la materia de religión.

Los puntos más polémicos de la LOMCE son la religión y los idiomas. El primero porque la religión vuelve a tener el mismo valor en la nota final que cualquier otra troncal y que también cuenta a la hora de pedir becas o repetir de curso. El segundo porque el idioma cooficial que existe en algunas comunidades autónomas pasa de ser materia troncal a ser una de especialización.

Una de las ideas sobre las que más ha insistido Wert es que “la educación puede mejorarse sin necesidad de aumentar la inversión”. Para lograr esto se apuesta por la diversificación, es decir, la división del alumnado en edades más tempranas para orientarles de una mejor manera hacia el camino educativo que mejor se adapte a sus necesidades y aspiraciones.

En nuestro sistema educativo actual existen grupos de estudiantes que van demasiado despacio para su capacidad y otros que van demasiado deprisa y van todo el rato con el agua al cuello, que en la mayoría de  los casos suelen abandonar en cuanto se les presente la oportunidad. Pienso que la propuesta de Wert sobre la diversificación hará que los alumnos tengan una mayor calidad educativa y los estudiantes que no pueden alcanzar la capacidad de la clase puedan elegir otro camino que se adapte mejor a ellos como la Formación Profesional “básica”.  

En el caso de la religión no estoy tan a favor, ¿Por qué la asignatura de religión tiene que ser igual de importante que una asignatura troncal? Debería de ser una optativa a partir de la ESO porque ocupa horas en las que se podría impartir una materia que sí sirve para un futuro como las matemáticas o la lengua.

Jesica Andrés Hernández